Las responsabilidades en esta tarea recaerán sobre el Estado, las autoridades ambientales, y las comunidades indígenas y locales, quienes deberán trabajar en conjunto para mitigar los daños causados por la deforestación, la colonización desregulada y la explotación de recursos naturales, fundamentándose en un enfoque ecocéntrico y el derecho a un ambiente sano

Es fundamental sembrar un bosque en la mente de los colombianos y colombianas. Debemos cambiar el paradigma y reconocer que somos un país de bosques, no solo una sociedad de potreros. Es hora de unir los Andes con el Amazonas, de restaurar la conexión entre la naturaleza y las comunidades, y de promover un uso sostenible del suelo que priorice la conservación y la protección de nuestros ecosistemas. Solo así podremos garantizar un futuro próspero y sostenible para las generaciones venideras